Cada prenda necesita unos cuidados distintos para mantenerse perfecta por más tiempo .Esta información para el cuidado de cada una de ellas aparece en el etiquetado para su lavado y planchado.
Antes de lavar cualquier prenda mira siempre las etiquetas, te dirán si tienes que lavarla en frío o si se puede planchar y a qué temperatura. Una idea muy interesante es vaciar los bolsillos antes de poner la lavadora o comprobar que no hay botones sueltos o que puedan soltarse. Abrochar las cremalleras para que no se enganchen con otras prendas durante el lavado, también es una sugerencia práctica.
Para que los colores luzcan más y no se destiñan, lava juntas las prendas de los mismos colores y hazlo siempre al revés. Se evitan los roces y se protegen los colores.
Si queremos que el blanco quede más blanco, pones la prenda a remojo una hora antes de lavarla en una mezcla de jabón neutro y el zumo de dos limones. También puedes secar la ropa al sol, éste se “comerá “la mancha porque actúa de blanqueador.
Evita que la ropa encoja, lavándola siempre en agua fría y para que no salga demasiado arrugada programa el lavado con un centrifugado ligero. Evita la secadora porque es donde más se dañan las prendas.
¿Cómo quitar las manchas difíciles?
Aceite: actúa rápido y espolvorea con talco deja secar una hora, cepilla y lava normal
Tomate: retira los resto con agua fría y frota con sal, haciendo movimientos circulares, y añadiendo después agua oxigenada. Se puede usar vinagre o limón.
Chocolate: se prepara una mezcla de glicerina y yema de huevo. Se frota la mancha con un cepillo cuando haya secado. Si la mancha se resiste frótala con amoniaco rebajado en agua.
Fruta: cubre la mancha con sal y frota desde el centro hacia afuera. Deja en remojo en agua fría y jabón líquido (1 hora) y aclara con agua caliente.
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